Pablo Robledo

sábado, 2 de febrero de 2019
Suéltame Silencio
viernes, 4 de abril de 2014
Para un copo de nieve (bello, frágil, vulnerable y frío)
martes, 18 de junio de 2013
La redención del pródigo
Certeza
lunes, 13 de mayo de 2013
La Casa Bizarra
viernes, 22 de febrero de 2013
domingo, 9 de diciembre de 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Epifanía
sábado, 10 de noviembre de 2012
Horóscopo
viernes, 9 de noviembre de 2012
Pruebas en la Soledad
lunes, 5 de noviembre de 2012
Sol que se cuela entre nubes
Dira Martínez Mendoza, poeta venezolana.
sábado, 3 de noviembre de 2012
miércoles, 17 de octubre de 2012
Cadaver Exquisito
Anuncios clasificados
domingo, 14 de octubre de 2012
sábado, 13 de octubre de 2012
Octubre
jueves, 27 de septiembre de 2012
martes, 25 de septiembre de 2012
lunes, 24 de septiembre de 2012
La Feria
Primavera Estelar
Un flor que estaba enferma
lunes, 17 de septiembre de 2012
Así nació un Fenix
Érase una ves un hombre que paseaba su mirada en los escombros. Cuenta la historia que después de desbordar las copas se encontró con un espejo roto. Los fragmentos del cristal le partían el rostro a pedazos. Un día el hombre se canso de tanta embriaguez y decidió buscar el origen de sus problemas. Después de un gran túnel se encontró a si mismo. En el fondo del abismo se encontraban los cadáveres de sus antiguos yo, uno a uno, con todas las armaduras y yelmos posibles. Los había vencido a todos con una mirada al penetrar la oscuridad con su luz. Nunca volvería a ser el mismo. Antes del atardecer su casa estaba en llamas y de las cenizas nacía un fénix.
jueves, 17 de mayo de 2012
Los Mercaderes del Templo
Asco, tanto traficante de malas noticias, de falsas religiones, vacías de espíritu, pero rebosantes de culpa. Los que cobran venden y los que venden cobran, los mercaderes del templo vendiéndote cosas que no te sirven, pero que te pueden hacer el “milagro”. Atados a la mejor tendencia del mercadeo, el amor al prójimo no se predica. El amor no vende y no llena de televisiones los hogares para poder conectar, a todos, a un mensaje que urge formar parte de la pirámide alimenticia y seguir el designio de un todo poderoso “ser”, que se encuentra hasta allá arriba, en la punta, el gran estafador, la gran ramera, el falso profeta.
El, que te observa desde el cielo, claro que si. El, que te puede ver desde lo alto a través de la ventana de un lujoso jet, o un de un helicóptero. Te observa mientras esperas, a que quizás, se cumpla alguna profecía, una donde el todopoderoso pose sus ojos sobre tu desgracia, nuestras desgracias y las arregle todas con un guiño. Pero, mientras eso sucede, te sugiere que no olvides llenar la bolsa de la ofrenda pues no terminaras de pagar por tus pecados si no te pones al día con el diezmo. De algo tiene que vivir alguien con tan noble tarea seguramente. Así colaboras a pagar las letras de la deuda que ha adquirido él, que te quiere ver desde arriba, desde el jet, que todavía no es suyo pero que si “Dios lo permite” podrá cambiar próximamente por uno con mas brillo y mas valor que un ángel vivo.
Él, miembro del selecto grupo “jet set”, crema de la crema del reino celestial, que se yergue pisando los sueños del de abajo, que se para sobre los otros, los que se orinan en estos de mas abajo, que se cagan en las cabezas de aquellos, que están sentados sobre los mas ignorantes, que además se mueren por escuchar las palabras de esperanza que dan los de mas arriba, por que el cielo llegara algún día con la figura de ¿una empresa exitosa en un mercado lleno de oportunidades?, pues así esta escrito, en el mejor libro de motivación empresarial jamás publicado.
Pero entre mas arriba, mas esclavo y entre mas esclavo mas arriba, hasta llegar con la peste misma que se funde en un abismal agujero negro que se lo traga y acaba con todo. Un apetito voraz, bestial, descomunal y a la vez tan insignificante para el universo, porque tal vez somos menos que polvo en el cosmos. ¡Si claro! ¡Es lógico! si hubiera algo que lo conoce todo y esta en todo, seguramente necesitará guías espirituales, intermediarios para comunicarse con nosotros y seguramente por tan importante papel estos deberán de vivir como emperadores, a la altura del gusto vulgar que solo una mente parásita puede tener.
Que se invierta la pirámide, que se desplome todo sobre su punta y que se haga pedazos. De los pedazos saldrá luz nueva, para crear una esfera, donde todos los puntos estén a la misma distancia del centro, para que realmente todo fluya, se mueva y deje atrás toda la podredumbre pestilente.
domingo, 9 de octubre de 2011
sábado, 18 de abril de 2009
El hombre del futuro (Cuento corto)

Termino la Semana Santa. En realidad fue un alivio increíble. Ya no soportaba la sensación de fricción entre miles de cuerpos embriagados. El desahogo de frustración vomitándose por las calles, en los bares, en las abarrotadas discotecas. Abarrotadas de amor incomprendido, de amor pasional y pasajero. Risas sueltas disolviéndose en el humo y el ruido.
El lunes regrese a la Ciudad. Trafico liviano, humores post-catárticos aceitando de nuevo la maquina que acelera despacio. Llegue sin problemas a casa. Varios recibos y cuentas por pagar incluida la renta. Como no me fue nada mal, decidí llamar inmediatamente al casero. Salde cuentas y por la tarde regrese a casa a tomar una ducha. Mi plan era fumarme un puro y hacer absolutamente nada.
En realidad estaba tan cansado que cuando pegue la cabeza a la almohada ya estaba dormido. Me dormí sin darme cuenta, repasando el asueto. Sueño a las chicas, a los borrachos, un mar de gente que se diluye poco a poco hasta transportarme a un lugar desconocido con gente desconocida pero que se me hace familiar. Estoy sentado bajo un árbol con mucho follaje y me pregunto que estoy haciendo aquí. En ese preciso instante escucho una voz me llama por mi nombre.
Es un mono, se llama Juan Noj y me pide que lo siga, tiene algo que quiere enseñarme. Noto que soy un mono también, que tengo cola y que no se me hace difícil brincar de una rama a otra. Atravesamos selva y llegamos hasta una ciudad habitada por humanos. Ya no me siento más mono y el mono es humano o lo parece. Vamos caminando y la gente parece no vernos. Los perros nos ladran y tratan de intimidarnos. Pregunto el porqué. Juan me contesta que la gente no puede vernos, pero los perros sí. Las calles me parecen conocidas pero no logro descifrar en donde nos encontramos. Eventualmente llegamos a una casa y tocamos la puerta.
Un tipo nos abre la puerta y mientras sonríe nos deja pasar. Adentro hay cuatro tipos más. Todos se comportan con camaradería y todos están vestidos con alguna prenda roja. Juan me presenta con todos y me dice que es el equipo del cual estoy a cargo. Yo también llevo una camisa roja y apenas la percibo en este momento.
No termino de preguntarme qué diablos estoy haciendo allí cuando de pronto alguien toca la puerta. Como estoy más cerca abro y hay tres tipos afuera, también vestidos de rojo. Estoy a punto de dejarlos pasar cuando uno de los tipos que recién acabo de conocer adentro, salta de su silla para asomarle un golpe a uno de los recién llegados. Los otros le siguen y se arma una riña. Los tipos de afuera se transforman en sombras liquidas y se escabullen a una velocidad increíble, me lanzo sobre una y me paraliza. Cada vez que las tocamos quedamos paralizados y se escurren de nuevo. Huyen.
En este momento, me despierto inquieto.
Estoy sudando a mares, hace calor en la habitación y además estoy agitado. Me levanto por un vaso de agua. Veo el reloj del teléfono y son las 5 de la mañana. Ya no tengo sueño.
Menuda conciencia la que tenés cabrón, me dije a mí mismo.
Si, de vez en cuando también me ponía existencial. Sabía que era un hijo de puta por convicción y que tenía deudas a mi conciencia. ¿Pero quién no las tiene? En este mundo todos son caníbales y si no te pones las pilas te toca comer las sobras o tu propia carne.
Como no podía conciliar el sueño decidí fumarme un puro y ponerme a pintar. Llegue al taller justo en el momento en que podía sentir el efecto. Un periódico puesto sobre la mesa me llamo la atención. Hojeé las páginas rápidamente y uno de los titulares hablaba de que nuestro presidente recién electo era un asesino confeso. Defensa propia, según él. Este es el tipo de noticias que cuando se está pedo te deja pensando. Claro al final la conclusión es que todavía no se pueden resolver los problemas con ideas. Hasta me causo simpatía el tipo este. En la foto posaba una sonrisa.
No estamos solos, habremos muchos hijos de puta. La única diferencia son los hipócritas que juegan a ser tibios. Supongo que entre millones de personas ha de haber gente buena pero todavía no he tenido la suerte de conocer a ninguna. Tal vez en otro lugar, en otro país o en otro planeta, pero nunca he vivido en ningún otro lado que en esta ciudad. La analogía de selva de concreto le sienta bien, el darwinismo corre por sus venas. Las esquinas de la pirámide alimenticia abren sus fauces y se traga a sí misma. El ojo que lo observa todo lucha por mantenerse a distancia a costa de balas y cadáveres, hechos de interés compuesto. Sálvese quien pueda.
La vida aquí es insoportable pero nadie se suicida. Nos gusta darnos tiempo para esto. Nos gusta hacerlo lento. Y pensamos en el futuro.
Nos imaginamos un mañana mejor. Ser mejores personas, un mejor auto, un mejor puesto en el trabajo, un mejor salario. Ser un mejor esclavo, mejor adiestrado. Somos la gente del futuro y nada nos detiene, ni siquiera nosotros mismos. La rueda gira suspendida en el eje del temor. En el temor de que descubran que muy en el fondo si eres capaz de pensar en algo mejor. Que tu alma es capaz de sonreír. Cobardes, eso es lo que somos.
Tenemos miedo de mandarlos a todos a la verga. De decirles ya no más. Ya no más de la misma mierda. Déjenme vivir la vida como me mejor me parezca. Si me he de comer mierda que sea mía y de nadie más.
Ellos lo saben. Siempre han estado aquí. Riéndose a nuestras espaldas. Imponiendo las leyes, haciendo que exista la gravedad. “Este es el suelo señores y de aquí nadie se levanta”. Prohibido volar. Ellos manejan los hilos. No son tan fuertes en realidad, pero sus marionetas están dispuestas a hacer explotar el mundo en llamas. Quieren incendiar Roma para hacer un poema. Quieren hacer estallar de júbilo a la gran ramera y la gran ramera somos nosotros. Ondear sus banderas al ritmo de fanfarreas marciales, en lo que un Cristo redentor baja del cielo a barrer el suelo.
Mientras tanto, vamos a la iglesia o al circo, que es lo mismo. Y nos abstraemos de mundo mirando como 11 idiotas corren detrás de un balón. La cañería está rota y es un desagüe. La sangre se evapora al salir de nuevo el sol.
Mañana pintare otro cuadro. Mañana.
martes, 14 de abril de 2009
Semana Santa (Cuento corto)

No existe crisis que pueda mermar esa ansiedad de escapar del hastío por una semana, de tirar la casa por la ventana, de embriagarse de olvido. Por lo menos así piensa la mayoría de las personas y aunque ese no es mi caso siempre veo aquí una oportunidad inigualable.
Después de varios días de cuaresma, de ir y venir de una procesión a otra por fin había llegado la semana santa. Una de las semanas más lucrativas del año. Así que como todos los años desde hace 5, me preparé para salir a trabajar mientras otros se preparan a vacacionar.
No es que mi trabajo sea muy demandante en realidad mucha gente ni siquiera piensa que lo mío es trabajar. Están equivocados. Esto exige siempre mucha precaución y sobre todo estar siempre alerta. La vida de una persona puede depender de esto, la mía por ejemplo. No me gustan los trabajos sucios, pues estos solo demuestran mediocridad. Mi abuela siempre me decía que las cosas hay que hacerlas bien o mejor no hacerlas. Lo mío es un arte.
Lo más importante en mi negocio es saber no levantar sospechas. Hacerse invisible entre una multitud de gente parece carecer de dificultad. Ponerse una gorra, una playera con logotipo de marca de cerveza, lentes oscuros y una pantaloneta ridícula es lo más fácil. Fingir una sonrisa idiota, etílica, acompañada de pasos zigzagueantes y de un balbuceo ininteligible es otra cosa. Pretender que soy un estudiante de apellido rimbombante, que acaba de regresar de Europa puede algunas veces resultar mejor.
Escoger un “cliente” también es importante. Es esencial saber calcular los valores que se pueden sustraer. A mi gusto, mujeres adineradas y divorciadas son el blanco perfecto. De vez en cuando alguna mujer casada y despechada suele caer en el engaño con la ventaja de que ya hecho el daño será incapaz de contarle a su marido como fue que su tarjeta de crédito quedo sin fondos. Además como bono puede ser que de cuando en cuando llegue a tener sexo fabuloso también.
Tuve que cambiar de ubicación unas tres veces. De jueves a sabado anterior la pase en la Antigua viendo procesiones con Linda. Una chica extranjera que venía a realizar su tesis aquí por alguna razón. “I love it”, “Es fantásticou” maravillada ante la imbecilidad de cientos de marchantes pagando para cargar un enorme y pesado trozo de madera, vestidos de ridículos trajes hechos a la medida. Linda, blanco fácil, comida, hotel gratis y hasta tuvo la amabilidad de dejarme acompañarla al cajero automático para dejarme ver su número de pin.
Los 900 dólares que me “regalo” muy amablemente sirvieron en parte para pagarme un taxi privado hasta Panajachel. Decidí darme una noche de vacaciones así que salí a darme una vuelta a la calle para darle un vistazo al terreno. Multitudes de idiotas tomando licor hasta caer en coma. Un monton de salvajes deseosos de emociones fuertes, de sexo fácil, de pláticas superfluas. Un jardín de las delicias.
En una de las discotecas conocí a un trío de chicas “bien”. No me costó mucho ganarme su confianza, además me permití invitarlas a algunos tragos y uno que otro pase. Después de un rato logre conexión con una de ellas, Marta. No fue trabajo fácil pues tuve que soportar toda la noche sus problemas existenciales, su padre ya le había puesto un ultimátum para que ella se pusiera a trabajar y en un mes ya no recibiría mas el cheque al cual se había acostumbrado. ¿Cómo podría costearse ahora su vestuario, su cultora de belleza, el gimnasio y sobre todo la mucama? Además lo que más le daba pena era contarles a sus amigas pues la razón de esto era que su padre estaba al punto de la quiebra. Sentí lastima por ella, pero no lo suficiente. El sexo no era tan bueno, entre mojigatería y alguna educación con películas pornográficas gringas, había algo de mediocre. Tal vez era ese perfume dulce hasta el empacho, o tal vez su cuchicheo infantil. Lo único increíble era ese enorme culo de zompopo presto para ser abusado y vaya que de rodillas me parecía mucho más sexy.
Se quedo dormida, registre su bolsa y no había mucho, definitivamente era una situación patética. Había invertido mucho dinero esa noche y no pensaba perderlo. Por suerte había un recibo telefónico y pude constatar su dirección, tome sus llaves y me largue.
Llegue a la capital a eso del medio día, suficiente tiempo para revisar su casa y sacar lo que encontrase de valor. Un reloj suizo, alguna joyería de oro y lo mejor de todo, dinero en efectivo guardado en una cajetilla de cigarros. ¡Qué ingenuidad por dios!
Ya estaba un poco cansado y apenas empezaban realmente las vacaciones. Pensé en ir al puerto de San José. Pero ir allí, hasta a mi me da miedo, pues ya una vez me ha tocado regresar en traje de baño, sin zapatos, si camisa y sin absolutamente un centavo. Son unos salvajes, son capaces de soltarte una bala por un pinche celular. No, tendría que escoger otro lugar.
Recordé que Marta había mencionado que algunos amigos suyos irían a Monterrico. Nunca había estado allí y me pareció muy buena idea.
Salí a vender las cosas a un conocido mío y luego pase a recoger mi carro, que hasta ahora había pasado toda la semana en el garaje. No me gusta manejar, pero no quería desperdiciar más dinero en lujosos taxis. Había un calor de los mil demonios. Una cola infernal para lograr salir de la capital en miércoles santo, ahora si, se había desatado el purgatorio y todas las almas salían con destino a algún lugar del cielo o del infierno. Música estruendosa a cada caseta puesta por alguna marca de cerveza, mujeres en trajes pegados regalándote sonrisas pagadas por otros y alguno que otro refresco. Bañándote en anuncios, tapizando el paisaje de posters con chicas semidesnudas e inalcanzables. Oh el verano paradisiaco sacado de la fantasía de algún publicista maricón.
Creo que me estoy volviendo viejo y antipático. Solía gozarme esta época un poco mas, solía dejarme llevar como oveja al matadero sin chistar. Participar de estúpidas fiestas como la navidad. Lo creí todo, me deje arrastrar por la mercantilista enfermedad cristiana, la hipocresía de Santa Claus y la sifilítica esperanza de Jesucristo. Y encontré la verdad. Seguiría toda la vida atorado en este mundo de impotentes, haciendo cola al ritmo de reggaetón, a vuelta de rueda esperando a que el imbécil del auto de enfrente se esfume desintegrado junto a los miles de automóviles que se encontraban frente a mí. Haciendo cola para llegar al Edén.
viernes, 5 de diciembre de 2008
Hacia una autonomía en la economía local (primera parte)
Hace algún tiempo que los noticiarios económicos han proclamado a los cuatro vientos que el sistema monetario mundial pasa por una crisis de medidas incalculables. Los expertos se han dedicado a dar opiniones tan variadas en cuanto a las causas de estas. Pero no son las causas las que deberían de preocuparnos, sino más bien los resultados. Y es que es más que obvio que durante la historia del dinero y de la banca central lo único que se ha logrado es crear un abismo social con ramificaciones indolentes y alienantes hacia las personas en general.
Esto debido a que los sistemas políticos y económicos adoptados han puesto énfasis en la competitividad más que en la cooperación, basados en teorías económicas obsoletas en donde no se vislumbraba que los recursos del planeta son limitados. Con esto no pretendo abanderar el socialismo pues aunque el término utópico puede sonar bastante atractivo no se aplica necesariamente a la naturaleza de los seres humanos. La cooperación debería de surgir de la necesidad de cohesión social que todos necesitamos buscando que cada quien tome un papel de acuerdo a su naturaleza y su propia manera de ver las cosas y la organización, buscando cada quien su lugar en la sociedad.
En 1982 Michael Linton acuño la palabra LETS (Local Exchange Trade System) que llegaría a ser el equivalente en español a Sistema de intercambio de comercio local. Un LETS, como se conoce más comúnmente, es una red local de intercambios sin ánimo de lucro en la que los bienes y servicios pueden mercadearse sin necesidad de usar la moneda tradicional. A diferencia del trueque donde el intercambio se realiza directamente, este funciona a través de créditos que son recopilados en una base de datos abierta a todos los miembros y que pueden ser utilizados en cualquiera de los servicios listados en el catalogo de personas que están afiliadas. Por ejemplo alguien afiliado a un sistema como este puede prestar un servicio de jardinería a alguno de sus miembros y los créditos acumulados los puede gastar adquiriendo el servicio de un masajista de otro miembro.
Este sistema ha llegado a tener tal éxito en algunos lugares como el caso de Ítaca en Nueva York, donde este sistema se empezó a implementar desde 1991. Bajo la iniciativa de Paul Glover este sistema se basa en el establecimiento de valor de una moneda denominada “hora” que es el equivalente a $10 dólares americanos. Este valor se estableció sacando el promedio del costo de una hora de trabajo de las personas que conforman la comunidad de Ítaca. Aquí la tasa de cambio para cualquier transacción es establecida por ambas partes, es decir, por la persona que adquiere un producto o servicio y la persona que lo ofrece.
Varios millones de dólares en valor de productos y servicios han sido intercambiados desde entonces y actualmente hay miles de personas afiliadas al sistema así como mas de 500 negocios locales que incluyen un centro de atención medica, una librería pública, granjeros, masajistas, electricistas, contadores e incluso una institución que funciona a manera de banco dando préstamo de créditos a negocios locales sin intereses.
De esta manera la comunidad no persigue competir sino mas bien colaborar con sus vecinos enriqueciendo a todos y permitiendo que el comercio se mantenga, incentivando a las personas a ofrecer lo que puedan y a participar activamente en la construcción de su comunidad.
Tal vez sea este un buen momento para tratar de implementar un sistema similar en Guatemala y muchísimo más específicamente en la cuenca del lago, donde los recursos son abundantes pero el dinero no. ¿Le gustaría participar?