El viento discurre a través de los árboles, peinando sus
hojas. Acaricia el agua y la
sacude. Trae las nubes, las arrastra, despejando el camino a dorados designios
y el profundo infinito del azul del cielo. Las aves callan. Los hombres callan.
Mientras está la luz centelleante que vibra en el reflejo del cielo en las
olas. De la hierba se
levanta una voz, muchas voces, un coro angelical. Mis ojos están abiertos pero
siento que veo por primera vez. A mi olfato las flores estallan en jubilo. Escucho
un sonido. He descubierto un pequeño misterio. Un grano de arena en el cosmos,
una partícula de estrella.
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