Es tu moneda el sufrimiento de los oprimidos, es tu moneda la
frustración que prefieres ver reflejada en la cara de otros. Es tu
veneno un lento suicidio lleno de lagrimas, producto de la cobardía. Es
mas fácil ser el perro faldero de alguien que te diga que hacer, que
enfrentar la vida con la frente en alto para poder decir con seguridad
que todos merecen vivir mejor, incluyéndote a ti pues a pesar de vivir
en la jaula de oro, la felicidad no esta a la venta.
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