El estigma de Caín.

Un barco borracho de anhelos perdidos y una huida al mundo de nunca jamás.

La odisea del perdón, desde la isla de la negación hasta la tierra de la aceptación.
Entre mas avanza mas se acuerda y cada vez mas largo el camino. Cada puerto y cada tormenta le van soltando respuestas a un acertijo que lleva su nombre.

Mientras esto sucede empieza a haber menos fricción y acelera. Y entre más acelera, más puertos, más tormentas, menos fricción, más aceleración. A veces la nave parece que se va a partir en dos solo para señalar que en sus entrañas ya entendió.

Pero entre más lejos llega, más se llena de mercancía para poder intercambiar con otras embarcaciones y otros puertos. Y aunque todo lo ofrece, jamás termina de pagar su deuda.

Además siempre hay sirenas.